Un trabajador colombiano que en este 2011 gane el salario mínimo, 532 mil 500 pesos, habrá movido al finalizar el año unos 9 millones 944 mil 565 pesos, eso sin trabajar una hora extra y sin contar los ingresos adicionales que obtenga por trabajo dominical o festivo.
De entrada, a más de uno no le dará la cuenta, le parecerá que la suma esta errada y por encima de lote, pero no hay tal. El cálculo usado es conservador y agrega, a lo que gana el empleado, los aportes que debe hacer el patrón.
Aunque el incremento del salario mínimo para este año fue de 3,4 por ciento, 17 mil 500 pesos en comparación con 2010, y calificado de miserable, decepcionante y humillante para los trabajadores, es cierto que la cifra arrastra consigo millonarios volúmenes de recursos.
Para el asalariado, los 583 pesos de aumento diario son nada para hacerle frente a la oleada de incrementos con que llega el año nuevo.
¿Por qué sólo 3,4%?
El analista de la firma Correval, Daniel Velandia Ocampo, recuerda que en Colombia "las pequeñas y medianas empresas emplean el 80 por ciento de la fuerza laboral del país y para esas empresas el costo del empleo (los salarios) representa el 50 por ciento del costo total de la producción".
"Desde esa perspectiva un aumento superior en el salario mínimo frente al incremento, menor, de los bienes que se producen, reduciría el margen de ganancia de las empresas, lo que conllevaría a que a menor rentabilidad menor generación de empleo", explica Velandia.
Otro factor clave a la hora de fijar el aumento del salario mínimo es que ese incremento no dispare el índice de inflación.
"Un aumento del 12 por ciento como lo sugirió una de las centrales obreras, pues no hay duda que deja a la gente con mayor capacidad de consumo, pero al disparase la demanda por bienes finales lo que se logra, en el corto plazo, es que haya una mayor inflación y pronto tendríamos al Emisor subiendo las tasas de interés para evitar excesos inflacionarios", precisa el analista.
La cuenta de la empresa
Si bien para el obrero el 3,4 por ciento de incremento es ínfimo, desde la contraparte el balance es más complejo.
Para la empresa, el trabajador además de costarle 17 mil 500 pesos mensuales más, por salario, y 2.100 adicionales por auxilio de transporte, la suma va más allá.
Con el reajuste, el aporte para salud pasa de 43 mil 775 pesos a 45 mil 262 pesos, el de pensión pasa de 61 mil 800 a 63 mil 900 pesos, y los aportes parafiscales que en 2010, para un salario mínimo, fueron 46 mil 350 pesos suben a 47 mil 925.
En las obligaciones patronales también se tienen en cuenta las obligaciones con las Administradoras de Riesgos Profesionales (ARP) y los pagos prestacionales como las cesantías y sus intereses, la prima de servicios y las vacaciones.
Cómo olvidar los recargos, que igual se incrementan, y entre los que figuran los nocturnos, dominicales, festivos y la hora extra ordinaria o festiva, diurna o nocturna.
En definitiva, mientras en 2010 un empleado con salario mínimo (515 mil pesos) le costaba a la empresa unos 863 mil pesos, este año por un obrero con la asignación mínima (532 mil 500 pesos) el patrón deberá desembolsar aproximadamente 892 mil 612 pesos.
Los fondos
Establecido el salario mínimo, otros que hacen cuentas son las Administradoras de Pensiones y Cesantías que esperan, para este año, un crecimiento real del 1,64 por ciento de los aportes a los fondos de cesantías, cifra que combinada con la inflación implicará un crecimiento nominal de 5 por ciento.
Voceros de Pensiones y Cesantías Protección explicaron que el incremento en los aportes a cesantías se generan básicamente por el incremento del salario mínimo.
Ya que existe una alta concentración de afiliados al sistema de cesantías con salarios cercanos al mínimo (el 25 por ciento de los afiliados ganan entre 1 y 1,1 salarios mínimos) por lo cual los incrementos de este sueldo implican incrementos en las cotizaciones año tras año.
En el tema de pensiones obligatorias se recuerda que el 20 por ciento de los aportes son hechos por trabajadores con salarios inferiores a 1,1 salarios mínimos, por lo cual una modificación de éste también implica incrementos en las cotizaciones año tras año.
La firma Protección coincide con los empresarios y analistas en señalar que un aumento del salario mínimo muy elevado con respecto a la inflación podría reducir el número de trabajadores formales.
Sin embargo, para los empleados el mínimo fijado para este año muestra que el Gobierno tomó posición a favor de los empresarios.
El Ejecutivo insistió en que el ajuste busca hacer realidad dos objetivos fundamentales: la reducción de pobreza y la generación de oportunidades de trabajo formal para todos.